Nos encantan las estancias con mucha luz natural, y esto se consigue, obviamente, a base de numerosas ventanas. Pero esto puede generar algunos daños colaterales, como la falta de espacio para determinado mobiliario o problemas a la hora de distribuir habitaciones como el baño o la cocina.
Es en esta última en
la que queremos incidir. Y es que una
ventana encima del fregadero puede
resultar —y de hecho resulta— muy agradable, y queda genial estéticamente, pero
también puede acarrear algunos problemas, como el hecho de no poder colocar el
platero justo encima del fregadero, o tener que ingeniárselas para poder
colocar algún tipo de cortina.
Es cierto que, en la
mayoría de ocasiones, dependemos totalmente de la distribución que se haya
hecho en la obra original, pero en las contadas situaciones en las que nos
encontremos con opciones de elegir, hay que tener en cuenta los pros y contras.
Es muy agradable el aspecto final que se consigue, y el estar fregando
—dentro de lo poco placentera que es esta tarea— y poder relajarse mirando por
la ventana. Otra cosa a tener en cuenta sería las vistas que se tienen, pero
eso ya dependerá de cada caso concreto.
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